Trastorno bipolar y manía

La manía es un estado de ánimo anormal presente en el trastorno bipolar

En el trastorno bipolar se presenta la manía, como un tono del humor excesivamente elevado, expansivo o eufórico. Hay una tendencia a hablar rápidamente, excitación psicomotora, hipervaloración de sí mismo y de las propias capacidades, que lleva a la dispersión en muchos intereses, al optimismo injustificado y a emprender numerosas iniciativas.

La manía es un signo clínico opuesto a la depresión y el síntoma clave en el trastorno bipolar.

El trastorno bipolar (o depresión bipolar) consiste en la alternancia de episodios depresivos mayores y episodios maníacos o mixtos (trastorno bipolar I) o hipomaníacos (trastorno bipolar II). Antes se llamaba psicosis maníaco-depresiva, para distinguirla de la depresión reactiva y de la neurosis depresiva.

El paso de una polaridad a otra del humor (entre bajo y alto) puede ser rápido o gradual; el alternarse de los diversos episodios no es casi nunca regular, y son más frecuentes los episodios depresivos.

Se habla de hipomanía cuando existen los mismos síntomas que en la manía, en menor medida o de manera atenuada; generalmente no impide la vida normal del sujeto pero puede predisponerlo a episodios más graves.

Cómo reconocer un episodio de manía

La hipomanía hace parecer a la persona algo más alegre de lo normal, pero puede no ser fácil de descubrir. Llaman la atención un activismo exagerado, con locuacidad excesiva y un ego exaltado.

Un episodio maníaco, en cambio, es muy sorprendente y suele instaurarse en pocas horas y acompañarse de ideas delirantes. La persona suele no sentir la necesidad de dormir, estar híper exaltada, con ideas de grandiosidad.

Son frecuentes las actividades de riesgo o llamativas, no habituales en la persona, como apuestas grandes, inversiones económicas desatinadas, viajes imprevistos y no ponderados, actividad sexual descontrolada o recurso a la prostitución, etc.

Signos diagnósticos del trastorno bipolar

Para el diagnóstico del trastorno bipolar es suficiente un solo episodio de manía. En general se requiere un periodo de humor anormal y persistentemente elevado, expansivo o irritable, de una duración de una semana o menos, y tres o más de los siguientes síntomas:

  • autoestima hipertrófica o grandiosidad;
  • disminuida necesidad de sueño (por ejemplo, se siente descansado tras sólo tres horas de sueño);
  • mayor locuacidad o continuas ganas de hablar;
  • fuga de ideas o experiencia subjetiva de que los pensamientos se suceden rápidamente;
  • distracción (atención fácilmente desviada por estímulos externos no importantes);
  • aumento de la actividad social, laboral, escolar, sexual, o agitación;
  • excesiva implicación en actividades lúdicas con alto potencial de consecuencias dañinas (exceso de gastos, comportamiento sexual inconveniente, inversiones en negocios imprudentes).

Cómo afrontar el trastorno bipolar y la manía.

Hay que tener en cuenta lo recomendado para la depresión. Además, en la manía, como cuando hay síntomas psicóticos, las palabras son menos eficaces: es urgente acudir a un médico o un servicio de urgencia, y muy probablemente será necesario el uso de medicamentos estabilizantes.

La manía, bien afrontada por un profesional y tratada con fármacos, puede ser como una tormenta eléctrica y volver todo a la normalidad en pocos días.

Lectura recomendada: Wenceslao Vial, Madurez psicológica y espiritual, Palabra, 2019 (4ª).

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