Aprender a trabajar en equipo
Trabajar en grupo va más allá de la eficacia
Recordamos algunas claves para formar un buen equipo, que permita tomar decisiones y empujar un proyecto común con un sentido compartido. Pueden adaptarse a una familia, al grupo directivo de un club juvenil, a un consejo pastoral o a una empresa multinacional. En muchas circunstancia distintas se puede aprender a trabajar en equipo.
Veremos las características de un grupo funcional, y las habilidades personales.
Hemos publicado dos artículos sobre la verdad y la opinión, que aportan ideas fundamentales para vivir con alegría en sociedad, para trabajar y relacionarse con los demás.
Aunque existen personas de alto rendimiento que prefieren trabajar solas, como ciertos escritores o investigadores, lo habitual es trabajar en equipo para alcanzar grandes objetivos.
Las cinco características de un buen equipo
Un estudio de Google definió cinco pilares de un buen equipo. Durante dos años realizaron más de 200 entrevistas a sus empleados, de 180 equipos activos. Analizaron más de 250 características específicas, buscando cómo formar el equipo perfecto.
Son las siguientes, que incluyen una pregunta:
- La seguridad psicológica. ¿Puedo manifestar mis ideas sin miedo? Se trata de que cada miembro proponga sus opiniones sin reparos, lo que aumenta la eficacia del trabajo en equipo.
- La dependencia. ¿Contamos con cada participante, para conseguir objetivos valiosos a tiempo? Si los miembros dependen los unos de los otros es más probable que aumente la eficacia. Nadie querrá dejar de lado al compañero.
- La estructura y claridad. ¿Son claras las metas, el papel de cada uno y los planes para la ejecución? Definir las tareas y saber incluso qué se hará ante una situación inesperada. Conocer el objetivo del equipo y clarificar las competencias de cada persona, sin dejar hilos sueltos.
- El significado o sentido. ¿Estoy trabajando en algo relevante para mí y los demás del grupo? Hay una gran variedad de motivos nobles, como conseguir dinero para fines buenos, o por altruismo, el deseo de dejar un mundo mejor, crecer como personas y como profesionales, transformar el mundo y ayudar a descubrir un sentido trascendente, etc.
- El impacto de lo que hago. ¿Pienso que el trabajo que realizo tiene una importancia fundamental? Cuanto mayor sea el impacto previsible de lo que se hace, más eficazmente trabajará el grupo. Y el impacto no se reduce a lo medible en términos económicos.
Las características personales para aprender a trabajar en equipo
En el estudio de Google se vio que las personas con más talento no eran las que obtenían mejores resultados, sino aquellas que sabían estar atentas a los otros, que tenían una mejor sensibilidad social.
Daniel Goleman, citando a Hatch y Gardner, menciona 4 habilidades necesarias, que se unen al carisma, la amabilidad, y la simpatía. Quienes las consiguen logran trabajar bien con los demás.
Se ha llamado inteligencia interpersonal o arte social:
- Saber organizar grupos: base de un buen líder.
- Negociar soluciones: actuar como mediador.
- Lograr una buena conexión inter personal: tener empatía y conectar, buscar ser buenos jugadores dentro de un equipo, buenos amigos, socios o colaboradores.
- Capacidad de análisis social: captar los sentimientos de otros, sus motivos y preocupaciones, capacidad de aconsejar con competencia.
El conocimiento de la propia afectividad en el grupo
Las personas con inteligencia interpersonal o arte social conocen y guían más fácilmente sus emociones. No usan de máscaras falsas ni quieren a toda costa dar una buena imagen. Aprecian la verdad sobre ellos mismos y sobre los demás. Cuando entran en un grupo, observan primero y no buscan imponerse.
Cualquiera sea nuestro carácter adquirido o temperamento heredado, siempre estamos a tiempo de aprender a ser amables y conciliadores. Un buen equipo lo forman personas que se empeñan por resolver conflictos, no por comenzarlos.
Numerosos accidentes laborales o desastres con factores personales se evitarían con un trabajo más armónico, con verdadero empeño por aprender a trabajar en equipo. Lo mismo hay que decir de conflictos matrimoniales, y problemas en la toma de decisiones de cualquier empresa o grupo.
Cómo contribuir a tener una inteligencia de grupo
- Atreverse a dar la propia opinión
- Interés verdadero por lo que los demás dicen
- Aceptar las críticas que puedan hacernos, especialmente si uno es el líder
- Detectar puntos de mejora específicos, sin generalizaciones
- Ofrecer soluciones y abrir puertas
- Fomentar la crítica buena o constructiva que genera esperanza, sin enfados o sarcasmos
- Hacerse cargo de los sentimientos de los demás con empatía
- Formar un nosotros, que evite las batallas del yo contra un tú.
Qué post tan concreto y práctico. Se lo voy a recomendar a mis compañeros de trabajo para que lo comentemos juntos. Gracias
Muchas gracias por comentar. Esperamos seguir aportando, con un buen trabajo de equipo y la ¡nueva web de madurez psicológica y espiritual!