Acompañar a la persona herida

Cómo ayudar a la persona herida psicológicamente

Acompañar a la persona herida es el segundo vídeo de dos sobre las heridas psicológicas. Acompañar espiritualmente a quien ha sido herido o ha sufrido abusos a resurgir. Ver primer vídeo: Heridas psicológicas y resiliencia.

Ver momentos claves del vídeo con un click:

1. Sanar las heridas con ciencia y fe

2. Modificar las actitudes ante las heridas

3. Cuando acudir a los profesionales de la salud

Leer artículo y libro electrónico sobre las heridas psicológicas

Hacer un buen diagnóstico de las heridas psicológicas

Las heridas psicológicas más graves se pueden presentar como lo que en medicina de urgencia se llama una herida penetrante cardiaca: llegan al corazón, a la profundidad de la persona. No solo hieren la afectividad, sino también la mente: surgen pensamientos o creencias tóxicas, en ocasiones favorecidas por actuaciones libres.

El acompañamiento espiritual será como una visita guiada al interior de la persona. Una “visita” peculiar, pues quien guía es el dueño de casa. Desde fuera se puede hacer observaciones, preguntas para conocer mejor, pedir que se encienda una luz o se abra una puerta.

Las llaves las conserva la persona. Se trata de facilitarle que abra las puertas, que reconozca y muestre la herida, para buscar el remedio apropiado. No se trata de reabrir la herida, sino de darle luz para que no siga sufriendo: una luz que proviene de la ciencia y de la fe.

En el primer vídeo vimos las heridas como discontinuidad en los procesos mentales. Distinguimos las heridas de la infancia y de la vida adulta, causadas por otros o por la misma persona, donde destacamos la incoherencia. Mencionamos también las heridas de la vida cotidiana, especialmente sentirse rechazados.

Wenceslao Vial

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