Auténticos: el mejor camino para ser feliz
¿Vale la pena decir la verdad?
El nuevo libro del doctor Fernando Sarráis muestra una clave de madurez: vivir de acuerdo a lo que cada una y cada uno es. Conocer y amar la verdad llena de auténtico sentido la existencia.
Conocer y satisfacer las necesidades humanas.
El ser humano tiene unas facultades -físicas y mentales-, que le ayudan a sobrevivir biológicamente y a ser feliz psicológicamente. Cada facultad tiene una determinada necesidad. Y esa necesidad impulsa al sujeto a actuar para satisfacerla, y al hacerlo se va mejorando la facultad hasta llegar a la plenitud de la que es capaz según su dotación genética. Las necesidades insatisfechas, en cambio, producen malestar y su satisfacción, bienestar.
Hay necesidades biológicas, que se deben satisfacer para mantener la salud física y la calidad de vida: por ejemplo comer, beber, dormir, respirar, y procrear. Existen también necesidades psicológicas, cuya satisfacción produce sentimientos positivos o de bienestar. Entre estas tenemos la seguridad, la estima, la pertenencia y la identidad. Por último, tenemos necesidades espirituales, cuya satisfacción produce felicidad: por ejemplo, saber y amar.
En otros libros he explicado las necesidades psicológicas. Por eso, en este voy a centrarme en la necesidad de conocer la verdad, para adaptarse bien a la realidad y poder conocer el modo de vivir una vida feliz.
Necesidad básica de conocer la verdad para una vida feliz
La necesidad de saber tiene su origen en la facultad de conocer, que se llama inteligencia (razón, pensamiento). Impulsa a saber con veracidad qué son las cosas, cómo son las personas, cómo es uno mismo, y cuál es la finalidad de la vida y cómo alcanzarla. Con el conocimiento verdadero de la realidad se puede acertar a vivir bien. Así se evitan los errores y los conflictos que hacen sufrir y pueden causar la enfermedad y la muerte.
La necesidad de saber se manifiesta en el impulso a preguntar, curiosear, investigar y experimentar. Es algo que siente el ser humano desde el inicio de su vida. El descubrimiento de una verdad produce alegría, y el amor impulsa a trasmitirla a los seres queridos, para que también se alegren. Este fenómeno psicológico está en el origen de las instituciones de enseñanza, de la literatura, de los diversos medios de información y de la red de internet. Todos sirven para extender el conocimiento de la verdad.
En cambio, no sentimos la necesidad de transmitir la mentira o el error. A veces se difunden, porque se piensa erróneamente que son verdad, o por el interés de engañar a los demás, para que actúen en beneficio de los que los difunden. Más adelante se explicará la razón más frecuente por la que las personas mienten: no es una razón de la razón sino de la afectividad, el miedo a sufrir.
Experiencias psicológicas que manifiestan el deseo innato de verdad
Esta necesidad y deseo de verdad se manifiesta también en diversas experiencias psicológicas: El fuerte impulso que se siente a corregir a alguien que dice algo erróneo y el malestar que se siente cuando se lee algo que contiene un error o una mentira. El malestar y el rechazo que producen la mentira, el error, la ignorancia y todo lo que no es verdadero. Entre esto tenemos: el bulo, el timo, el engaño, el fraude, la estafa, la calumnia y el disimulo.
El malestar que produce el hecho de que alguien no crea que le estamos diciendo la verdad o lo ponga en duda, y, por lo tanto, nos considere mentiroso o falso. Y el sentimiento agridulce que tiene el mentiroso cuando ve que alguien cree su mentira. Esto ocurre pues, por una parte, le engaña para sentirse bien, pero, por otra, se siente mal por estar engañándole. Este malestar es mayor cuando la persona a la que se engaña es un ser querido, y es menor cuando no le creen su mentira.
La vida inauténtica y falsa
Otro ejemplo que manifiesta la natural atracción por la verdad, es el malestar y el conflicto interior que producen los modos de vida inauténticos o falsos. Una vida de aparente fidelidad a una persona, al mismo tiempo que se lleva una vida de infidelidad con ella, como ocurre con una persona casada que tiene a la vez un amante; una vida de aparente trabajo esforzado cara algunas personas, a la vez que se lleva una vida de capricho y comodidad en ausencia de esas personas; una vida de leal amistad con un amigo, a la vez que se es desleal con él al estar con otras personas; una vida de aparente honradez, al mismo tiempo que se lleva una vida oculta de corrupción.
La necesidad y atracción por la verdad se manifiesta también en el hecho de que cuando alguien, por ignorancia, dice o hace algo erróneo o falso, y es corregido o se da cuenta él mismo del error, se siente mal por haber faltado a la verdad y siente un fuerte impulso a rectificar de modo inmediato diciendo o haciendo lo que es verdadero o correcto.
Conocer la verdad es valioso y lleva a ser fieles
De lo cual, se deduce que la verdad conocida compromete a ser fiel a ella y a no traicionarla, es decir, toda persona siente un natural impulso a decir o hacer lo que es verdadero, salvo en los casos en los que el miedo, la vergüenza o el interés de buscar sentirse bien impulsan a mentir, todo lo cual lo veremos con detalle más adelante al analizar las razones de la mentira y la falsedad. Además, cuando alguien se da cuenta de que ignora, duda o está en el error se siente frustrado, triste, inseguro y temeroso, y se ve impulsado a conocer la verdad para sentirse bien.
Todo lo que satisface una necesidad obtiene el calificativo de valioso y es apreciado, admirado y deseado. Lo contrario ocurre con lo que deja insatisfecha cualquier necesidad. Por esta razón, las cosas y personas auténticas (verdaderas) son estimadas y queridas, y producen felicidad cuando se poseen. Por el contrario, las personas y las cosas falsas producen frustración, ira, rencor y rechazo.
Esfuerzo natural por ser auténticos
De lo anterior, se deduce que lo natural es que toda persona luche con decisión por ser sincera y auténtica. Por eso, sorprende que se haya generalizado tanto la tendencia a mentir y falsear las cosas, incluso se hayan puesto de moda las “fake news” (noticias falsas) para crear confusión y conflicto, con el fin de desviar la atención hacia ciertos temas y obtener ganancia en río revuelto. Por lo tanto, la causa de esta frecuente tendencia a mentir y a falsear las cosas parece que es más potente que la tendencia natural hacia la verdad.
Con este libro intento aportar algunas luces sobre la motivación para decir la verdad y ser auténtico; para mentir y ser falso o hipócrita; y sobre las consecuencias a corto y largo plazo de una y otra manera de ser y de actuar, con el deseo de disminuir y evitar la tendencia a la mentira, que es perjudicial para los individuos particulares y para la sociedad en general.
Ver libro en: Editorial Palabra
Fernando Sarráis