Las adicciones
La adicción o dependencia, frontera entre la enfermedad y la elección
En las adicciones se presenta la urgente necesidad de una sustancia (alcohol, drogas); o de realizar un determinado comportamiento (adicciones comportamentales como el juego de apuestas o la pornografía, o la adicción a internet), que conduce a un consumo desenfrenado y a la pérdida de libertad. Es posible afrontar y prevenir la adicción.
La adicción es reflejo de un vacío interior que se desea llenar. Puede ser la falta de amor o de sentido de la vida, que suelen ir juntos.
En la adicción, la ansiedad o sensación de malestar profundo se intenta apagar con la búsqueda de un paraíso artificial, hecho de drogas, imágenes ilusorias o determinadas acciones.
Se habla de adicción cuando existen estos elementos:
- Tolerancia: necesidad de aumentar cada vez más la cantidad de sustancia o el tiempo del comportamiento adictivo, para producir el mismo efecto tranquilizador o euforizante.
- Dependencia: la impresión subjetiva de que no se puede vivir sin consumir.
- Craving: o anhelo ansioso y desmedido.
La dependencia puede ser psicológica, cuando hay un fuerte malestar subjetivo si no se obtiene la sustancia o no se realiza determinado comportamiento.
Puede ser también física, cuando hay una adaptación del organismo fisiológico a la sustancia, lo que se manifiesta en síntomas físicos y manifestaciones orgánicas al no tenerla: se habla entonces de síndrome de abstinencia.
Teóricamente, la adicción se diferencia de un vicio o simple falta de libertad adquirida por la repetición de malas acciones malas.
En la práctica, la adicción patológica se inicia muchas veces con un “consumo moderado”. Es necesario ir aumentando la frecuencia y la intensidad de las sustancias o imágenes, para sentirse bien. Se pasa del vicio a la adicción.
Cómo afrontar las adicciones
Además de prevenir, con una buena educación y contrarrestando los problemas sociales, ante un paciente adicto o con un trastorno del control de los impulsos se aconseja buscar asistencia médica. Siempre cabe dar apoyo y compañía a la persona, ayudándola a descubrir los aspectos negativos de su dependencia, además de posibles alteraciones de su personalidad.
Una premisa útil para ayudar y prevenir –es casi una regla– es que los hábitos peligrosos se desencadenan en momentos de tristeza, de cansancio y de sentimientos negativos.
Las adicciones están mucho menos presentes cuando la persona es feliz, intenta divertirse, se apasiona por la lectura de un buen libro, escuchar música o hacer deporte y compartir con otros amigos sus ideales.
Al principio de la adicción juegan un papel fundamental las virtudes, en concreto la templanza. Quien no es templado sufre, se siente empujado por fuerzas contrarias y se entristece ante los placeres, tanto por no alcanzarlos como simplemente por desearlos. Experimenta la paradoja de sentir dolor a causa del placer.
Por eso es más fácil ayudarle a descubrir los aspectos negativos y absurdos del camino que están comenzando.
La clave de la motivación para cortar las adicciones
Podría ser útil hacer una lista de los beneficios que obtendrán como resultado de cortar con esa sustancia o actividad peligrosa, como se aconseja para dejar de fumar, para bajar peso, adquirir hábitos saludables o aumentar la actividad en momentos de depresión.
Cuantos más motivos para cortar la adicción se encuentren, mejor. La motivación es el motor fundamental del cambio.
En casos más enraizados, para facilitar la motivación de alcohólicos y tóxico-dependientes son útiles las comunidades de apoyo, que existen en muchos países, donde las personas viven juntas, con horarios y tareas precisas, y pueden desarrollar intereses distintos a la droga o al alcohol.
El apoyo de los familiares y el acompañamiento espiritual que ayude a redescubrir y reafirmar el valor propio, la existencia de un Dios que ama a sus creaturas, es de gran utilidad.
Las referencias a la moralidad, es decir a la maldad de determinados actos o ciertos consumos es muy importante para salir de las adicciones. El recurso a esta manifestación de la espiritualidad resulta clave, como han demostrado los 12 pasos de los alcohólicos anónimos, el método más eficaz para dejar el alcoholismo.
Lectura recomendada: Wenceslao Vial, Madurez psicológica y espiritual, Palabra, 2019 (4ª).
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