Estar a gusto con los demás: Podcast
Madurez: estar a gusto con los demás
El anverso y reverso de la moneda, estar a gusto con los demás
La moneda de la madurez tiene dos caras, en una, estar a gusto con uno mismo, y en el anverso, convivir adecuadamente con quien tengo alrededor. Entender lo bueno que tengo y estar alegres por eso. Entender que hay otras personas y llevarse bien con ellas. Aceptar que todos somos distintos y no querer que todos piensen igual. De aceptar la digerencia viene el respeto. Si el físico es distinto incluso en los gemelos, más aún la forma de ser.
Es indispensable escuchar más que hablar. La madurez es aprender a empezar cuando tienes ganas de postergar las cosas. Preguntar con curiosidad y que de verdad nos interese lo que el otro tiene que decirnos. Comprender la situación del otro, atendiendo a lo que explica.
La persona madura da por supuesto que encontrará personas agradables, de las que se puede fiar. Tener por prejuicio pensar bien en los demás. El necesitado, el indigente, siempre espera le bien de los demás.
La persona madura hace relaciones duraderas y gratificantes. Se aleja de bromas pesadas, insultos e ironías. El límite de las bromas es que el otro se ría.
Querer la riqueza de la diferencia
Si todos fueran iguales, sería muy aburrido el mundo. Si quiero madurar he de estar a gusto con los demás: reconocer las diferencias y apreciarlas; escuchar sin juzgar; tener el “sano prejuicio” de pensar bien de todos; confiar al saberme indigente; tener relaciones sanas y duraderas; preocuparme por los otros y ser responsable de los que tengo cerca… casi nada.
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Fuente: El menos común de los sentidos