Prevención de salud mental: enseñar a tolerar la frustración

Tolerar la frustración es un signo de salud y ayuda a prevenir dolencias psíquicas. Continuamos la serie de artículos dedicados a la prevención de la salud mental desde la infancia y adolescencia. Con estas líneas intento ayudar o dar herramientas a padres, profesores y acompañantes de jóvenes que, con su trabajo, su ejemplo y sus palabras hacen tanto bien.

Índice de contenido

Hoy tratamos el tema de cómo enseñar a tolerar la frustración, es decir, cómo hemos de educar para que nuestros hijos o alumnos, vivan con normalidad el pequeño o gran fracaso que a veces sentimos y es real, no es imaginario. Estamos intentando darles las herramientas para que acepten una negativa con deportividad, sin dramatismo ni trauma. Esto es, lo que queremos enseñar es a manejar sus vidas cuando el viento no está a favor.

Como nos parece un tema muy importante, pensamos dividirlo en dos artículos para facilitar su comprensión y, lo que es más importante, facilitar la puesta en marcha de lo que aquí se sugiere, pasito a pasito.

¿Qué es la frustración y su relación con la salud?

La frustración es una respuesta emocional que experimentamos cuando tenemos un deseo, una necesidad o un impulso y no logramos satisfacerlo. Entonces sentimos ira, molestia y un estado de vacío no saciado (cfr. Diccionario de la Real academia de la lengua española).

La falta de tolerancia ante la frustración es una de las notas características de muchos niños y adolescentes. De hecho, está en el inicio, aunque no es causa directa y única ni es origen, pero si es un disparador de bastantes trastornos mentales: tantos casos de trastornos de la conducta alimentaria (TCA) generados por no haber sabido llevar la falta de control sobre su propia vida.

En la adolescencia, los jóvenes necesitan “controlar” todo para superar su propia inseguridad. Esto les lleva a cierta agresividad a veces desmesurada. En casos concretos pueden llegar a actos de violencia, o conductas depresivas que llenan sus sentimientos de vacío. Encontramos a bastantes jóvenes que intentan paliar ese vacío o insatisfacción a través del alcoholismo y/o drogadicción, adicciones a las redes sociales, etc. Lo emplean como modo de evitar o superar ese mal sentimiento que tienen.

La resiliencia como antídoto a la frustración

A estas alturas me parece importante explicar que el concepto contrario a la frustración es la resiliencia. Se trata de la capacidad de los seres humanos para superar periodos de dolor emocional y situaciones adversas, saliendo fortalecidos de ellos. Forma parte de la virtud de la fortaleza, que sería muy recomendable tener hoy en día más en cuenta.

Algunos motivos de la dificultad en tolerar la frustración

Creo que es importante plantearnos ¿Por qué hemos llegado aquí, con un aumento de chicas y chicos frustrados?

Hay muchos factores que enumero a continuación, siempre dejando la puerta abierta a otras interpretaciones. Quien quiera profundizar más, se puede contactarnos.

  1. Un estilo educativo sobre-protector a nivel familiar, sin normas ni limites, “faltan noes”
  2. Vivimos en una sociedad altamente competitiva: hay que destacar para ser alguien. No se valora o no se tiene en cuenta ni la fragilidad ni la debilidad
  3. El consumismo generado por el estado de bienestar en el que muchos se mueven
  4. La sociedad tecnológica que puede dificultar el aprendizaje de la espera, la paciencia y la aceptación de qué el tiempo existe y lleva su ritmo.
  5. Las rupturas familiares que generan carencias emocionales y afectivas desde la infancia (apego) que, en bastantes ocasiones, dificultan que la persona se enfrente a sus problemas porque nunca se ha sentido querida.
  6. Creo que no sorprendo a nadie si digo que somos conscientes que nos movemos en ambientes violentos o/y agresivos y esto se contagia.

Perspectivas para afrontar y tolerar la frustración

  1. Hablar de la gestión emocional
  2. Plantearse una línea de formación en la prevención
  3. Tener algunas nociones básicas de neuropsicología
  4. Recordar algunos principios básicos de psicología

En este primer artículo se hablará de la introducción y de las dos primeras perspectivas. En el siguiente, además de tratar las dos últimas, se darán algunas conclusiones y ejemplos prácticos para la vida cotidiana.

Partimos de la idea que tolerar la frustración, manejar la contradicción, lo no deseado, es muy difícil; pero la buena noticia es que la valoración y el afecto tienen una fuerza muy poderosa. Para que los niños desarrollen la resiliencia, “necesitan un adulto carismático, un adulto del que pueden sacar fuerzas“ , como escribe Daniel Siegel en su libro Tormenta cerebral.

La resiliencia es una actitud ante la vida, por lo tanto se puede cambiar y aprender como hemos aprendido tantas virtudes y seguimos enriqueciéndonos.

Gestión emocional tolerar la frustración, para una buena salud

Cuando debemos afrontar situaciones difíciles estamos hablando de una emoción estrictamente desagradable (como la ira). Ante esta emoción, la reacción agresiva se ha convertido en muchos casos en “la única respuesta” aprendida. No es extraño, pues es lo que aparece con más frecuencia en series televisivas y redes sociales, que por su alta difusión pasan a ser los principales maestros o educadores de niños y adolescentes.

Estás reacciones se manifiestan a nivel conductual, cognitivo (debido a sus expectativas) y fisiológico, porque vemos con frecuencia cuadros de ansiedad en todas sus posibles manifestaciones. Abundan los dolores, la falta de respiración, conductas TOC, calvicie, problemas de sueño, en la pie, además de irritabilidad, mal humor y miedos irracionales.

Algunas medidas para prevenir reacciones inadecuadas

Es preciso enseñar en frio” otros modos de reaccionar. Nos introducimos en el apartado segundo: nuestra línea de formación debe ser la prevención.

Para ello nos parece interesante que tanto en los currículum escolares, como en los proyectos educativos de asociaciones juveniles, como en el ideario de un matrimonio que intenta educar bien a sus hijos, se tengan en cuenta los siguientes aspectos, que ayudan a llevar mejor la frustración:

  • Educar en la sensibilidad, la belleza, el agradecimiento, para aprender a discernir
  • Trabajar herramientas que facilitan enfrentarse a situaciones difíciles con autocontrol
  • Enseñar técnicas básicas de relajación para prevenir y actuar en los momentos difíciles
  • Auto-instrucciones; enseñar con “que frase me voy a tranquilizar”, “qué me aleja del problema y por lo tanto de una reacción primaria que puede ser negativa”
  • Enseñar la conducta estimular que consiste en procedimientos para eliminar o rebajar probabilidades que generan conductas indeseadas (dejo eso, me voy, cojo otra cosa, me distraigo…)
  • Enseñar a solucionar conflictos, jugar o entrenar en buscar otras alternativas
  • Instruir en habilidades sociales: aguantar la crítica y asertividad
  • Como línea de base, aceptar el error y el fracaso como parte fundamental del aprendizaje

Inmaculada Lluch Baixauli

Imagen de portada: Freepick

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