Psicosis, delirio y alucinaciones
En la psicosis se pierde el contacto con la realidad
En los trastornos mentales psicóticos existe una profunda fractura o pérdida de contacto con la realidad, que impide a la persona una evaluación adecuada del mundo real. Es muy conveniente saber qué son y advertir pronto la psicosis, el delirio y las alucinaciones.
Los dos síntomas fundamentales de la psicosis son el delirio y las alucinaciones.
El delirio es una alteración del contenido del pensamiento, que consiste en la formulación de ideas erróneas contrarias a la evidencia –objetivamente no verificables–, no justificadas por el bagaje cultural de la persona y expresadas con extraordinaria convicción y certeza subjetiva, sin dejar espacio para la crítica de nadie que lo intente.
El delirio puede ser lúcido, en una persona con estado normal de conciencia; o confuso, en estados febriles, tóxicos o por alteraciones metabólicas.
Los contenidos de los pensamientos o ideas delirantes son muy variables: de persecución (que son los más comunes), religiosos o místicos, de grandeza o de celos.
Las alucinaciones son una percepción falsa o sin objeto, que no corresponde a un estímulo externo, y puede referirse a cualquier sentido: vista, oído, olfato, gusto o tacto. Se traduce en la práctica a ver personas o cualquier objeto que en la realidad no existen (apariciones o visiones irreales); o escuchar voces (alucinaciones auditivas), etc.
Las alucinaciones son un importante síntoma de las psicosis, especialmente de la esquizofrenia en que suele haber alucinaciones auditivas.
Las tres enfermedades psicóticas más frecuentes son:
- Esquizofrenia
- Psicosis breve
- Trastorno delirante
Cómo afrontar el delirio y las alucinaciones
Si se presentan síntomas como pensamientos que a otros resultan extraños, como sentirse perseguido habitualmente, o se tienen visiones o se escuchan voces es fundamental ir cuanto antes a un médico psiquiatra.
Las enfermedades con síntomas psicóticos son tratables. Los familiares de un paciente psicótico pueden ayudar mucho, si mantienen la paz y la serenidad. Es importante no buscar culpables. Y evitar los prejuicios que acompañan a estas enfermedades.
El paciente psicótico, mientras duren los síntomas, no siempre será capaz de afrontar temas espirituales. Para él, lo sobrenatural puede ser incluso una peligrosa vía de escape.
La terapia se funda en los medicamentos llamados antipsicóticos o neurolépticos, que son muy eficaces. Muchas personas pueden volver a llevar una vida normal en numerosos ámbitos. En algunas de las enfermedades psicóticas, los medicamentos se deben tomar por largos periodos de tiempo o durante toda la vida.
Cuando haya periodos asintomáticos, la ayuda espiritual será como en cualquier enfermedad crónica, a base de sugerencias: aceptar la patología, ofrecerla a Dios, dejarse ayudar, seguir los consejos del médico, no abandonar la vida de piedad, etc.
La esperanza es un motor siempre eficaz.
Lectura recomendada: Wenceslao Vial, Madurez psicológica y espiritual, Palabra, 2019 (4ª).
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