Prevenir coronavirus y salud global
Covid-19: prevenir y mirar al futuro con esperanza |
Las tres C que conviene evitar en la prenvención del Covid-19
Espacios Cerrados
Espacios Concurridos
Contactos Cercanos
Cada semana se sabe un poco más de la enfermedad y es importante pensar, en todos los niveles y ocupaciones, en las familias y en las empresas, cómo ir normalizando, con una “nueva normalidad”, las formas de vivir e interactuar con otros, para proteger la salud global de la persona espiritual.
En las regiones del mundo donde comenzó la pandemia los casos han disminuido notablemente. En numerosos países, sin embargo, especialmente en América, continúan aumentando. Las formas de tratamiento han mejorado, sin que haya avances específicos significativos. La vacuna ya ha llegado en varias formas, y hay más de 100 proyectos de investigación. Se han conseguido buenos resultados en monos, y se han hecho ya algunas pruebas alentadoras en seres humanos.
Hay otras dos buenas noticias médicas. La primera es se ha probado que los casos que, después de haberse curado de la enfermedad, continúan siendo positivos en el test PCR, se deben a que la prueba detecta material genético de virus inviables: es decir, esas personas no infectarán a otros. La segunda, es que se ha confirmado que las personas que han pasado la enfermedad adquieren una inmunidad duradera, por lo que no volverán a infectarse por un buen periodo.
Las medidas de prevención adoptadas en muchos países han sido eficaces. Continúan vigentes 3 puntos, también cuando no hay confinamiento: lavado de manos frecuente, mantener la distancia social de más de un metro con personas que no sean del mismo grupo familiar o cercano, usar mascarillas en transportes públicos, en espacios cerrados con un número mayor de 10 personas y en otras muchas circunstancias en que se deba interactuar con otros.
Se ha elaborado en modo ilustrativo un slogan que consiste en evitar la tres C:
- Espacios Cerrados
- Espacios Concurridos
- Contactos Cercanos
Así se consigue romper las cadenas de transmisión del virus, detectar y aislar más fácilmente los focos de infección, quizá pequeños, que pueden brotar en cualquier lugar. Los test de anticuerpos en sangre (IgM= presencia de infección reciente; IgG= presencia de infección más antigua e inmunidad al virus), que se están haciendo en muchos sitios, aunque dan falsos positivos, mostrarán una idea más clara de la situación epidemiológica –quienes tienen o no la inmunidad– y cómo seguir afrontando la pandemia.
Hasta que esa mayor comprensión no se tenga, quedan muchas incógnitas, como hasta cuando mantener la distancia social o las posibilidades de viajes. En Europa se podrá viajar en avión con menos restricciones a partir de las próximas semanas, con medidas de prevención que incluyen el uso de mascarillas y la supresión de servicio de comidas (se entregarán bolsas de alimento individualmente, al abordar).
Es útil saber que el sistema de ventilación de los aviones es seguro, pues renueva cada pocos minuto el aire de la entera cabina y filtra más del 99 % de posibles bacterias y virus.
El slogan no te muevas y no se moverá el virus, no seguirá siendo la norma habitual. Una buena línea de prevención es identificar mejor a las personas de más riesgo y protegerlas; y estimular el propio sistema inmunitario: disminuir el estrés, usar suplementos de vitaminas si hay déficit (especialmente Vitamina D 3), retomar las actividades habituales, en particular el ejercicio, mantener las relaciones interpersonales de algún modo “cercano”, con la distancia cuando sea preciso.
En la llamada desescalada o fase post confinamiento, hay que seguir atentos a lo que digan las autoridades locales. En varias ciudades se permiten ya las reuniones al aire libre, guardando las distancias, también para celebraciones litúrgicas. Como la salud no es solo no infectarse, conviene cuidar los espacios de recreación, saber cambiar de actividades a lo largo del día, reconectar con amigos y conocidos; y seguir dando un impulso a la vida espiritual: primero en la relación con Dios, con la oración y los sacramentos; y también en la relación con los demás: aprovechar lo bueno que la experiencia de sufrimiento haya dejado y alentar a quienes siguen sufriendo.
Todo esto ayudara a proteger la salud mental. Continúa siendo necesario fomentar una visión positiva, sin leer noticas alarmantes, tener estrategias para disminuir el estrés y no dejar que el peso de la inseguridad tome las riendas de nuestro tono vital. Siempre quedará una cierta incertidumbre sobre qué es mejor hacer: esa incertidumbre nos recuerda nuestra limitación y nos puede ayudar a crecer.
Recuerdo, por último, que la prevención depende de cada persona: cuidarse uno, para cuidar a otros. Esto conlleva, por ejemplo, usar mascarillas, aunque molesten un poco, auto-aislarse responsablemente si se ha estado en contacto con personas enfermas, acudir con prontitud a los teléfonos habilitados para pedir consejo si se tiene algún síntoma, tener especial atención a las personas más vulnerables, como los ancianos.
Cómo preparar desinfectantes de alcohol y cloro en casa
Prevención de Covid-19: Anexo sobre desinfectantes
1. Solución alcohólica para manos
Se prepara una solución de alcohol etílico al 80 %. Para mantener en casa, no es preciso que sea gel. Es suficiente añadir glicerina, agua oxigenada y algunas gotas de esencia que dé olor, por ejemplo de limón (Limone Bio Olio Essenziale per uso alimentare e cosmetico, en Italia: se pueden usar 2-3 gotas cada 100 ml). Cabe usar en lugar de glicerina otro aceite hidratante (por ejemplo, uno para pieles secas, que viene aromatizado, aunque se disuelve peor que la glicerina).
Cálculo de porcentaje de alcohol
Vi x Ci = Vf x Cf → Vi = Vf x Cf / Ci
Vi= Volumen inicial: es lo que no sabemos en todo este cálculo: ¿Cuánto alcohol de una concentración conocida tengo que usar para cambiar la concentración?;
Ci= Concentración inicial: es conocida, es del alcohol que tengamos, 90, 94, 96, etc.;
Vf= Volumen final: es conocido, corresponde al volumen que queramos preparar;
Cf= Concentración final: es conocida, corresponde a la concentración que queremos.
Ejemplo: usando alcohol etílico al 96 % para preparar 500 ml al 80%
X = 500 x 80 / 96 = 416
Es decir, tengo que sumar 416 ml de alcohol etílico + 84 ml (se pueden redondear los números) de otros productos: en este caso, para el gel de manos recomendado por la OMS: 20 ml de agua oxigenada + 14 ml de glicerina u oleo hidratante + 50 ml de agua destilada (o agua hervida, fría).
Para hacer gel propiamente tal
Los componentes pueden ser los mismos, pero se usan dos productos baratos: un gelificante en polvo muy fino llamado Carbopol (venta por internet o droguerías) y una sustancia llamada Trietenaloamina (también venden por internet).
Ej. de lo que hemos hecho: Para aprox. 1 litro de gel, que estará en concentración final entre 70 y 80 % de alcohol:
- 280 ml de agua destilada.
- 700 ml de alcohol comercial (94-96%).
- 20 ml de glicerina
- 6 gr de Carbopol
- 50 ml de agua oxigenada
- 20 ml de gel de aloe comercial (opcional, para pieles sensibles o que se irritan fácilmente)
- Esencia de limón (opcional, para quitar el olor fuerte del alcohol).
- Trietilamina
Pesar 6 gramos de carbopol y tamizarlo (pasar por un colador de cocina fino), para que quede un polvo muy fino y uniforme, sin grumos, e ir añadiendo el agua destilada en un recipiente de más de un litro.
Agitar la mezcla con una batidora manual o eléctrica para disolver el carbopol. El ideal es que no queden grumos y la solución quede transparente, pero con instrumentos caseros no es fácil. Después de 20 minutos – 1 hora, añadir poco a poco el alcohol, el agua oxigenada, la glicerina y unas gotas de esencia de limón (por ejemplo, 1-3 gotas cada 100 ml). Agitar un poco para mezclar bien los compuestos y pasarlo a otro recipiente a través de un colador. En principio el colador no es necesario, pero si han quedado grumos es mejor quitarlos.
Si se ha agitado bien y se cuela, quedará un líquido un poco más consistente que el alcohol y casi transparente. Añadir a esta mezcla el gel de aloe, si se quiere, y agitar: se disolverá fácilmente a los pocos segundos.
Seguir agitando suavemente y añadir gota a gota la trietilamina: es importante echarlo gota a gota. En un cierto momento, bastante de repente, comenzará a gelificar. Añadir las gotas necesarias hasta que tenga la consistencia que se desea. Si queda muy viscoso, se puede echar más alcohol (hemos echado hasta 150 ml por litro de gel).
2. Solución de hipoclorito de sodio (lejía)
Tiene la ventaja de que es muy barata y fácil de conseguir. Puede manchar la ropa y mejor prepararla cada 2 días, pues pierde efectividad. Se debe conservar cerrada y al reparo de la luz. Para desinfectar manos se puede usar una solución al 0,05 % (dato de la OMS); para paquetes, al 0.1 %. En caso de que haya un enfermo y se deba desinfectar las superficies de su habitación, baño, etc., y sábanas se usa al 0,5 % (tener cuidado pues mancha la tela teñida). Y si lo que hay que desinfectar son líquidos o secreciones de cualquier tipo, se usa al 1 %.
La solución de hipoclorito de sodio al 0,05 % es el mínimo eficaz para el coronavirus: habría que probar si mancha la ropa, pues si se pasa un poco puede desteñir las telas. Se puede usar para lavar los guantes, para pulverizar algunas prendas de ropa al llegar a casa (ver si no la mancha), para superficies, manillas, etc.
Cómo hacer una solución al 0,05 % y 0,5 % y otros %
Una botella de litro y medio con agua del grifo, quitar 15 ml y tirarlos, remplazándolos por 15 ml (tres jeringuillas de 5 ml cada una), de solución comercial de lejía o hipoclorito de sodio al 5 %.
Si el hipoclorito (lejía, blanqueador, candeggina en italiano, que se suele vender al 3 %) que hay en la casa tiene otras concentraciones diferentes al 5% se calcula, según la siguiente fórmula, que muestra cómo hacer una solución al 0,1 % partiendo de una lejía de 3 %; hay que tener cuidado porque a 0,1-0,2 % ya descolora la ropa y puede dañar metales, etc. En caso de comprobada presencia de Covid-19, para la desinfección de materiales o instrumentos se usa hipoclorito al 0,5%, como se dijo: